Mantras y mandalas.

Hoy ha sido un día un poco complicado para todos en el centro; mi tutora, como muchos otros compañeros y compañeras, está enferma y he podido comprobar de primera mano el desajuste que supone la falta de un docente en el centro (y, por lo tanto, lo necesarios que son todos y cada uno de ellos).

La parte positiva es que he podido dar alguna clase más de lo normal y la parte negativa, que todo ha sido de imprevisto y no me he podido preparar nada con la antelación necesaria, pero los resultados han sido positivos.

Después de tanto cambio de profesor y de la situación de inestabilidad que provoca la falta de un tutor, es comprensible que pasadas unas horas, los alumnos estén más inquietos de lo normal y esa inquietud era irrefrenable cuando llegábamos a la mitad de la mañana.

Por suerte, había una actividad programada para hoy fuera de lo habitual que, dada la situación, venía como anillo al dedo; la creación de un mandala.


Una antigua profesora del centro ha estado realizando esta actividad en los diferentes cursos que componen la fase de Educación Primaria y hoy era el turno de cuarto. Tras una breve explicación sobre qué eran los mandalas y de qué manera podíamos realizarlos, nos ha repartido una plantilla y, acompañados de un mantra de fondo, nos hemos puesto manos a la obra.



Además, la profesora traía con ella un caleidoscopio, que a pesar de ser un juguete muy antiguo, muchos alumnos lo desconocían y se han quedado maravillados tras mirar durante un largo rato de qué manera las figuras iban cambiando según cómo lo girasen.

Ha sido una actividad muy relajante que hemos agradecido tanto alumnos, como docentes.

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